Debajo de mí
no hay nada
sólo el tiempo
que no pasa,
que se queda
complicándome las cosas.
En mi ignorancia
sigo anhelando
lo imposible
o tratando de fingir
que todo es normal
y que es mejor esperar,
ya lo comienzo a creer.
Debajo de mí
no hay nada
no hay angustia,
ni pesares.
Y ya es cómico
este acto.
Ya nada me sorprende
y sin embargo,
estoy contento.
Como si no conociese
mi destino
de una única certeza.
29/5/10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
flotando en el vacío
ResponderEliminarmuy zen
me gustó
Frank
http://elbodegon.blogspot.com/
Me gustó.
ResponderEliminar"o tratando de fingir
que todo es normal"
Creo que el sentido (por lo menos el que yo le doy) es que simular la inexistencia de la angustia no implica su desaparición, apenas puede crearnos horizontes de cierta esperanza.