17/10/09

Sábado (Fragmento de La Náusea, Sartre.)

Cuando uno vive, no sucede nada. Los decorados cambian, la gente entra y sale,
¿o es todo? Nunca hay comienzos. Los días se añaden a los días sin ton ni son, en
una suma interminable y monótona. De vez en cuando, se saca un resultado parcial;
uno dice: hace tres años que viajo, tres años que estoy en Bouville. Tampoco hay fin:
nunca nos abandonamos de una vez a una mujer, a un amigo, a una ciudad. Y
además, todo se parece: Shangai, Moscú, Argel, al cabo de quince días son iguales.
Por momentos —rara vez— se hace el balance, uno advierte que está pegado a una
mujer, que se ha metido en una historia sucia. Dura lo que un relámpago. Después de
esto, empieza de nuevo el desfile, prosigue la suma de horas y días. Lunes, martes,
miércoles. Abril, mayo, junio. 1924, 1925, 1926.

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